EL ETERNO SOMMELIER Y EL NEW WINE LIFE
En esta vida de imagen, el vino no podía ser menos, asistimos a una carrera sin fin por tener etiquetas más llamativas, más reivindicativas, más canallas, botellas imposibles, colores, sabores y aromas que quedan ya muy lejos de aquello que nuestros antepasados extraían de la fermentación de sus uvas.
Además vemos que determinados eruditos quieren encumbrarse a sí mismos, y llenar sus cuentas bancarias de paso, con grandes y elogiosas o destructivas críticas sobre los vinos que más de un bodeguero suda sangre para elaborar y colocar en el mercado.
Desde aquí queremos romper una lanza por todos aquellos Sommeliers que invitan al cliente a pedir cosas nuevas, que esperan a que el cliente pida la comida para saber cuál es su perfil y poderle recomendar el vino adecuado, que no sólo se basan en lo que tienen que monetizar del fondo de sus bodegas, que no aprovechan el desconocimiento del cliente para hacer su "agosto" y que animan, enseñan y comprenden al cliente y sus necesidades, ilusiones y expectativas.
A aquellos que no sangran a las bodegas (las bodegas solo sangran el rosado), a aquellos que comprenden el esfuerzo y la ilusión de muchos pequeños viñadores que vuelcan todos sus esfuerzos, ilusiones y dinero en llevar su obra de arte al mercado, y que al mismo tiempo ayudan, aconsejan y trasladan su feedback a los productores, guiándolos para que corrijan aquellos posibles handicaps que tienen a la hora de comercializar sus productos.
Desgraciadamente, todavía son muchos los que se hacen llamar sumilleres que hacen todo lo contrario y que en vez de fomentar el consumo del vino entre los más jóvenes y entre aquellos que no se atreven a adentrarse en el sector porque piensan que no tienen el conocimiento necesario, en vez de hacer esto, se dedican a mirarse su propio ombligo, a venderse a ellos mismos y a aburrir y a avasallar al consumidor con el único objetivo de engrandecer su propio ego y venderse a sí mismos.
Por favor aprendan de gente cercana, de aquellos que dejan hablar al vino y dejen que el cliente consuma vinos, de la forma y manera que sea, y que al final sea el propio cliente el que confíe en el buen hacer del recomendador de vinos sabiendo que va a sorprenderle y a adentrarle en un mundo de placer sin parangón.
Señores Sommeliers, Sumilleres o recomendadores de vino, no olviden jamás la Teoría del DJ.
El vino es solo vino, el resto lo pone el que se lo toma....
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